UN ITALIANO EN NORUEGA (Dir. Gennaro Nunziante), por Yolanda Aguas

Esta divertida comedia italiana narra las peripecias de un funcionario de una administración provincial, con quince años de servicio, que se dedica a la rutinaria pero cómoda tarea de expedir las licencias de caza y pesca. Vive feliz en casa de sus padres, mimado por su madre, y con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos. Pero su mundo se derrumba cuando el Estado decide eliminar las provincias. Antes que aceptar una indemnización y buscar otro trabajo, el protagonista acepta varios traslados a regiones remotas de Italia y finalmente incluso asume trasladarse a Noruega para trabajar como guardián de una estación científica italiana en el Polo Norte.

Ofrece motivos abundantes para suscitar el humor y aunque, como es lógico, no toda su capacidad de divertir resulta plenamente efectiva y exportable, con una primera mitad más divertida que una segunda con altibajos, el espectador no italiano no se aburre con esta sátira del país que se burla con ironía y a menudo con gracia de costumbres y tradiciones muy arraigadas.

De hecho se ha producido con la película un fenómeno similar al que sucedió en España con ‘8 apellidos vascos’, hasta el punto de que en su primer fin de semana recaudó más de 22 millones de euros y acabó su primera semana en cartel superando los 37 millones, cifras sin precedentes en la cinematografía transalpina.

En su cuarto largometraje el director Gennaro Nunziante ha dado en la diana de la comicidad, suscitando la carcajada casi continúa entre sus paisanos. Buena parte de la eficacia de la película hay que buscarla en el indudable funcionamiento del binomio formado por el director y por el polifacético Checco Zalone, responsable de incorporar al protagonista, de colaborar en el guion con el realizador y de componer la banda sonora, nutrida de algunas canciones vinculadas a la película. Los dos han trabajado juntos en los cuatro largometrajes.

Este argumento es en sí mismo un homenaje a la inseguridad laboral con el afán, como señaló el director, de que coexistan con ligereza y seriedad, la ironía, el humor, la diversión y la reflexión seria.   Algo que a veces se consigue y otras no.

Con todo, es una película entretenida.

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NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

 

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