LA CÁMARA DE CLAIRE (Dir. Hong Sang-soo), por Yolanda Aguas

Durante un viaje de negocios al Festival de Cannes la joven Manhee (Kim Min-hee), asistente de ventas de una distribuidora, es despedida por su jefa acusada de ser deshonesta, pero en el fondo por una cuestión de celos. Por suerte, conocerá allí a una profesora llamada Claire (Isabelle Huppert), que hace fotos con su cámara Polaroid. Cada una de ellas tiene una peculiar visión de la vida, y juntas lograrán entender sus mundos.

El director rodó esta película en pocos días, durante el Festival de Cannes de 2016, y un año después fue presentada en dicho festival en la Sección oficial fuera de concurso.

En La Cámara de Claire, el director coreano nos cuenta de forma paradójicamente sencilla una historia de celos, desamor, alcoholismo, machismo y sororidad (es un concepto feminista usado desde hace un tiempo y que es un calco del inglés. Significa el apoyo entre mujeres o a la hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género).

Junto a estos temas, se tratan otros que giran en torno al mundo del cine. Por un lado se representa el tópico de los directores alcohólicos que se acuestan con mujeres jóvenes a su cargo y que viven obcecados en sí mismos. Por otro lado, Hong Sangsoo reflexiona sobre lo que implica para él mismo hacer cine, como bien se muestra en el personaje de Claire, una especie de reflejo de la mirada y el pensamiento del director coreano. Todo esto es contado de forma ligera en unos escasos 69 minutos de duración, que evitan que el argumento se alargue innecesariamente.

Ver “La cámara de Claire” es una buena forma de acercarse al cine coreano por ser una película accesible que no exige mucho al espectador con cierto nivel cinematográfico, gracias al hecho de no poseer una gran carga simbólica o una historia llena de matices en la que perderse. Pero debemos advertir que resulta a veces muy naíf, lo cual la beneficia al hacerla una película ligera y divertida. Y cuando intenta ser profunda, parece perderse en reflexiones más propias de un estudiante de cine que de un cineasta de la talla de Hong Sangsoo.

Los diálogos entre los personajes coreanos parecen reales y son interesantes. Pero cuando hablan en inglés con Claire resultan a veces forzados y un poco insoportables al tratarse muchas veces de diálogos en los que se tiende a la reiteración. Se puede pensar que estas repeticiones son un reflejo del deseo de comunicarse de dos personas de mundos e idiomas completamente diferentes, lo cual es un acierto, pero a la vez hace que la película se torne en ciertos momentos aburrida.

Isabelle Huppert asume un registro inusual en ella, apenas tiene matices, pero lo defiende con la maestría de siempre.  Kim Min-Hee (que recordarán por su brillante interpretación en ‘La doncella’) vuelve a estar magnífica, mientras que el veterano Jim-young Jun (encarnando a un cineasta descentrado) aporta el toque más serio en el apartado de las interpretaciones.

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NOTA: Las fotografías insertadas son propiedad de sus autores.

 

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