«Hasta los monstruos son de aspecto agradable en el sitio donde buscamos a la mujer amada», que escribió Goethe en su “Fausto”. La ópera prima de Victori tiene en esta obra maestra de la literatura una importante fuente de inspiración. Lástima que el resultado final de la película ni siquiera se aproxime a ella.
Mónica, una abogada penalista, se viene abajo cuando su hija entra en un coma supuestamente irreversible. En tal situación decide acudir, a la desesperada, a un misterioso personaje que trata con fuerzas sobrenaturales. A cambio de que la joven recupere la salud, ella deberá sacrificar otra vida sin demorarse demasiado. Pronto su exmarido, agente de policía, comenzará a percatarse de sus extraños comportamientos.
A pesar de la presencia de Belén Rueda (evidentemente necesaria para atraer al público), este filme navega en terrenos movedizos. Tal es así que es una película plana, sin interés.
Belén Rueda en un papel de madre atormentada se enfrenta a una serie de sucesos paranormales enraizados en el pasado más o menos lejano, que implican muertes extrañas, una excesiva saturación de elementos simbólicos y una imagen bañada en un verde musgoso, evocador de grandes éxitos pasados del cine de género patrio.
Darío Grandinetti, un estupendo actor, tampoco puede hacer mucho con un guión tan poco trabajado.
Otro estreno de verano sin ningún interés.
*******************************************************************************************************************
NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.