Texto: Yolanda Aguas
Fotografías (saludos y coloquio): Yolanda Aguas
Fotografías oficiales de la obra: Sergio Parra
Copenhague, de Michael Frayn, es una de las obras de teatro más galardonadas de los últimos tiempos. Cuando se estrenó, en Londres obtuvo los tres premios más relevantes: el de la crítica, el Laurence Olivier y el Evening Estándar. En París ganó el Molière y en Nueva York, el Tony.
La obra narra el encuentro que tuvo lugar en 1941 en la capital de Dinamarca, ocupada por las tropas nazis, entre el gran científico danés Niels Bohr (Emilio Gutiérrez Caba) y su ex alumno Werner Heisenberg (Carlos Hipólito), representante científico de la maquinaria nazi. Todo es un misterio sobre aquel encuentro y muchos se preguntan qué sucedió realmente para que ellos se distanciaran a pesar del mutuo respeto que se profesaban.
Heisenberg había sido el estudiante predilecto de Bohr, de ahí que la obra tiene un interés humano especial. Esa relación entre ambos y con la esposa de Bohr (maravillosa interpretación de Malena Gutiérrez) proporciona momentos de profunda emoción. El espectador entra de lleno en la historia y hace suyas las vivencias humanas entre los tres protagonistas de la obra.
Teatro de reflexión, de conciencia, de humanidad. El autor, Michael Frayn, muestra un profundo respeto por el público: le otorga el favor de la inteligencia y la reflexión. Y ¡cómo se agradece¡
No es un texto fácil de seguir, pero las conversaciones entre los dos científicos y la esposa de uno de ellos (de alto nivel intelectual y científico) se entienden perfectamente. A esto, naturalmente, ayudan los tres actores magistrales que protagonizan la función.
Emilio Gutiérrez Caba (Niels Bohr, el científico danés) demuestra una vez más su magisterio en un escenario. Malena Gutiérrez (la esposa de Bohr) ofrece una interpretación precisa, moviéndose en escena con la sabiduría que otorga un oficio bien aprendido. Carlos Hipólito es Heisenberg, el discípulo aventajado convertido en un genio científico. Hipólito vuelve a regalarnos una creación digna de estudio para aquellos que aspiren a ser actores. Conmueve en sus dudas y en la forma de mostrar que su personaje tuvo conciencia en el momento decisivo.
En el resto de apartados: minimalista y brillante Escenografía y Vestuario de Elisa Sanz. Y gran trabajo también en Iluminación de Juan Gómez Cornejo e Ion Aníbal López.
Dirigiendo a todo este magnífico equipo, el director argentino Claudio Tolcachir. No era fácil el texto elegido, pero él ha sabido combinar todos los elementos para lograr un resultado brillante.
Al finalizar la función del día 12, hubo un coloquio entre el público y los actores moderado por el crítico de ABC, Julio Bravo.
Teatro Principal de Zaragoza, del 12 al 14 de abril 2019.
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