(Texto: Yolanda Aguas)
Creo que fue Jean Cocteau quién dijo una frase, que más o menos venía a decir: en el cine se ve a la muerte trabajando (la mort au travail ), lo que se ve en la pantalla es siempre algo que se ha ido…
ATOM EGOYAN habla constantemente de eso, de la pérdida: “Loss es un término al que vuelvo una y una vez, porque el cine trata siempre de la pérdida. Si uno hace una imagen de una cosa es porque teme perderla”.
EL DULCE PORVENIR, película rodada en el año 1997, habla de la mayor y más trágica pérdida que puede tener un ser humano: la pérdida de un hijo/a.
Como en el cuento El Flautista de Hamelín de los Hermanos Grimm, un accidente de autobús deja a una pequeña comunidad sin la preciada presencia de todos sus niños (menos uno, como el niño cojo del cuento). Y con ello lleva la más completa desolación a sus habitantes.
Gabriel García Márquez escribió un relato corto, apenas tiene 3 páginas, que se llama Me alquilo para soñar. Se publicó en prensa el 7-09-1983, y aparece en una recopilación de textos del maestro colombiano realizada por la Editorial Mondadori, titulada Notas de Prensa 1980-84. De este breve relato, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba), desarrolló un guión cinematográfico que dirigió para la televisión el director Ruy Guerra. La historia fue protagonizada por la extraordinaria actriz alemana Hanna Schygulla, y un magnífico elenco de actores españoles: Fernando Guillén, Álvaro de Luna y Charo López. Todo esto se realizó bajo la supervisión del propio Gabriel García Márquez que dirigió el Taller de guión. Tal vez en otro momento pueda contar mi conversación con Ruy Guerra, fue muy interesante y agradable. Nuestro encuentro se produjo en septiembre del año 2005, durante la presencia del director en el Festival de Cine de San Sebastián.
Me alquilo para soñar tiene también como eje inicial la trágica muerte de un grupo de niños que fallecen en otro accidente de autobús cuando se trasladaban al colegio. Es pues, la pérdida de seres humanos en sus primeros años de vida un tema recurrente en la literatura y en el cine.
El dulce porvenir, sinopsis:
La gente de un pequeño pueblo de Canadá queda destrozada al conocer una dramática noticia. El autobús escolar se ha hundido en un lago al derrapar por culpa de la nieve. Durante el incidente mueren 20 niños. El pueblo queda sólo con una niña de 15 años: Nichole Burnell (SARAH POLLEY), que iba sentada en el asiento delantero en el momento del accidente y que quedó paralítica de cintura para abajo. Es la única superviviente, junto a la conductora del autobús, de ese accidente que cambia la vida de todo un pueblo.
Unos días después de este trágico acontecimiento, un abogado, Mitchell Stevens aparece en el pueblo para representar a toda la comunidad afectada en el juicio que se va a realizar contra la empresa de transportes. La decisión de Stevens de ayudar a la ciudad, tiene un cierto paralelismo con su propia vida.
Declarando a priori que ésta es una de las películas de mi vida, me gustaría analizar brevemente la historia, lo que cuenta el director y lo que los espectadores somos capaces de apreciar.
Destacando el inmenso talento narrativo de Atom Egoyan, gran guionista además de director (aunque la originalidad del guión de El dulce porvenir la comparta con una novela de Russel Banks), es preciso analizar brevemente el trato que se le da en la película a la fábula del Flautista de Hamelín. Partiendo de la base de que todos ustedes conocerán el relato, intentaré descifrar brevemente algunas relaciones que se establecen entre éste y el guión de Egoyan.
El personaje que interpreta un correcto IAN HOLM, Mitchel Stevens que como el flautista hace con los niños de la fábula, intenta embaucar a los habitantes de la película para que le sigan en su ansia de dinero aprovechándose sin compasión de la fragilidad que el dolor de la tragedia ha llevado a sus vidas.
Buscando en el subtexto de los diálogos de la película, podemos encontrar una fuerte conexión, mediante la cual las personas del pueblo se verían emparentadas con el personaje del flautista cuando éstos, enfadados, clamasen venganza por la muerte de sus hijos, igual como el flautista se siente injustamente tratado cuando no se le paga por eliminar las ratas del pueblo.
Existe también un claro paralelismo cuando los niños del pueblo de la película se identifican con los niños de la fábula, en el momento en que son llevados al fondo de un lago congelado en la película o el interior de una montaña mágica en el cuento. Lo que resulta menos obvio es quien juega el papel del flautista en la película, porque sería injusto determinar que podría ser Dolores como conductora del bus. Me inclino más por pensar que se trata del destino fatal de todos esos niños.
La película finaliza con una secuencia final conmovedora en la que vemos en flashback a Nicole (Sarah Polley) cerrar el cuento de Hamelín que acaba de leer a dos niños para ayudarles a dormir. En ese momento, ella se dirige hacia la luz de un coche que se aproxima, y que a través de las cortinas ilumina levemente una habitación en penumbra. En ese momento, toda la intención de la historia presentada por el maestro canadiense de origen armenio, adquiere su verdadero significado.
EL DULCE PORVENIR, una de las mejores películas de la Historia del Cine en los últimos 25 años, obtuvo numerosos y prestigiosos premios, destacando:
-Espiga de Oro, en la SEMINCI de Valladolid de 1997
-Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1997
Cuenta, además, con la envolvente música compuesta por el gran Michael Danna, del que ya hablamos en nuestra crónica de la película: Conociendo a Julia.
EL DULCE PORVENIR, de Atom Egoyan, es una de las grandes películas de la Historia del Cine.
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