Quinto día: Martes, 26-09-2017
Poporoca (Dir. Constantin Popescu – 2 h 32 minutos).
A las 9:00 h asistimos a la proyección en el Victoria Eugenia de la película.
Cristina y Tudor Ionescu han formado una familia feliz con sus dos hijos, Maria e Ilie. Él trabaja para una compañía telefónica y ella es contable. Ambos están en la treintena y viven en un bonito apartamento en una ciudad rumana. Su vida es la de una pareja normal con sus hijos. Pero una mañana de domingo, cuando Tudor lleva a sus hijos al parque, Maria desaparece. Sus vidas cambian abruptamente para siempre.
Tercera película del cineasta, Constantin Popescu, que ya había pasado por la sección de Nuev@s Director@s del festival en 2010. Con unos planos secuencias de lujo (el del parque es alucinante pero el que cierra la película es, literalmente, demoledor) y una duración (dos horas y media que nunca se hacen pesadas) que instala la angustia de la situación entre el público.
Gran cine de autor.


Desayunos “Horizontes Latinos”.
Con apenas tiempo, logramos asistir unos minutos a Horizontes Latinos con la presencia de la directora Marcela Said “Los perros”.


Rueda de prensa de Ricardo Darín y “La cordillera”.
Asistimos a la rueda de prensa de La Cordillera de Santiago Mitre. Previamente, Ricardo Darín concedió una individual con motivo de su Premio Donostia.
Durante la rueda de prensa, el actor recordó que empezó muy pequeño su carrera como actor. Su inspiración han sido sus padres, ambos actores. Desde los ocho años está en teatro, televisión y cine. Una carrera que ha traspasado el océano y con la que el actor ha tenido el cariño del público español. Una carrera que da para mucho, pero a la que, el argentino le sigue viendo ciertos contras:
«Lo que nos pasa a los actores es que no nos soportamos a nosotros mismos», declaró entre las risas de los periodistas. Uno cuando ve su trabaja terminado se fija más en lo que no hizo que en las cosas que hizo. Es algo un poco perverso y autodestructivo», aunque asegura que tiene su lógica. «Verse lleva mucho tiempo en otro personaje. A mí lo que me ocurre desde siempre es que llama mucho más la atención la historia: Ver si el cuento o la historia ha salido como teníamos planeado. Luego vienen otras capas y otros intereses, como el trabajo junto a otros compañeros. Uno generalmente de primeras rechaza juzgarse a si mismo hasta que no tiene más remedio. A veces tienes un poco de suerte y te cae bien lo que te hiciste, o en cambio puede odiarlo de por vida».
«El ejercicio de ser otro es la parte más divertida de nuestro oficio. Pero verte plasmado ahí puede ser traumático». Y quizá impone más verse transformado en el presidente del gobierno, como en ‘La Cordillera’. Una trama política que encierra intriga y drama personal. Al toca un tema tan general, la pregunta sobre su interés en la actualidad española. Pero Darín ha sabido esquivar la respuesta. «Ya tengo bastante con la política argentina, pero no nos queda más remedio que seguir la actualidad, así que te agradezco que no me hagas la pregunta que me vas a hacer». Y una vez más, el público en sus manos.


Encuentros en la carpa KELER.
Invitada por una buena amiga, pude asistir a la carpa VIP de KELER. Un lugar ideal para conversaciones más relajadas y encuentros más tranquilos.
Agradezco la amabilidad de los actores Eneko Sagardoy y Bárbara Goenaga quienes posaron para nosotros.


Presentación IV Ed. We Art Water Film Festival
Especialmente agradable fue esta presentación. Nos reencontramos con el director Álvaro Ron, director de “El hombre de agua dulce” y con otros amigos.
We Art Water es un concurso internacional de Cortometrajes que tiene la voluntad de ahondar en la problemática del agua de una forma diferente y en el mundo del cine como herramienta para difundir su voz, y que cada año organiza la fundación We Are Water. Para su cuarta edición de nuevo han elegido San Sebastián para presentar su iniciativa.
La presentación ha contado con los miembros del jurado, Úrsula Corberó, Leonor Watling, Irene Escolar, Pablo Rivero, además de Yvonne Blake (presidenta de la Academia), los hermanos Torres (reconocidos chefs), Carlos Jiménez (director del centro Regional de Información de la ONU), y Xavier Torras, director de la Fundación We Are Water, así como la comisaría del festival, Judith Colell, presente desde la primera edición.


Wonderstruck (Dir. Todd Haynes – 1 h 55 minutos).
A las 16:00 horas asistí a la proyección, en el Teatro Principal, de la última película de Todd Haynes.





En Wonderstruck, Todd Haynes se reúne con sus habituales Carter Burwell y Edward Lachman para narrarnos el viaje iniciático de Rose y Ben, dos niños pertenecientes a épocas distintas, pero que comparten la ausencia de un progenitor en su infancia y el deseo de que sus vidas sean diferentes. Será en sus limpias y cristalinas miradas donde Todd Haynes reflejará primorosamente la ciudad de Nueva York de los años 20 (Rose) y de finales de los 70 (Ben), merced a un soberbio trabajo formal y narrativo que hunde sus raíces, según confesó el propio director, en obras como Y el mundo marcha (King Vidor, 1928) y The French Connection (William Friedkin, 1971).
En su segundo tramo, más atado a su necesidad de resolver el misterio y a las emociones de sus personajes, Wonderstruck pierde el ritmo engrasado y la magnitud mostrada en sus primeros compases para hacer desembocar su gigantesca aventura en las lágrimas del patio de butacas.
Wonderstruck es un regalo inequívocamente dirigido a cada uno de sus espectadores, una sinfonía para los sentidos que nos retrotrae hacia nuestra más íntima curiosidad, hacia nuestras infinitas ganas por descubrir, por descubrirse, por descubrirnos. Llámenlo ciencia, música, antropología, cine, arqueología, literatura o, sencillamente, pregúntense a ustedes mismos, a ese niño que sueña despierto, a ese adolescente que quiere ser diferente, a ese adulto que trata de encontrar cierta inocencia perdida o a ese anciano que cruza los ochenta años con aún más ganas que todos los que vendrán por delante.
La última película de Todd Haynes es una joya que les emocionará. Una declaración de amor al cine.
El secreto de Marrowbone (Dir. Sergio G. Sánchez – 1 h 50 minutos).
A las 19:00 horas asistí a la proyección, en el Teatro Principal, de la película producida por J.A. Bayona.
El secreto de Marrowbone va a ser una de las películas más comentadas, referenciadas y recordadas del festival, pero no por los motivos que le gustarían a su director Sergio G. Sánchez (guionista de El orfanato y Lo imposible). Durante sus primeros dos actos, el drama familiar de época dejaba entrever un misterio quizá sobrenatural, quizá demasiado real.
Ahí estaba el misterio. Y la cosa ya empezada a oler mal, porque la película abusa bochornosamente de los sustos con efectos de sonido a mucho volumen: cuando un director explota ese truco varias veces, es porque no tiene más recursos.
También había clichés como niños que se adentran en habitaciones oscuras, muchachas que se asoman a azoteas oscuras o chavales que se cuelan en casas abandonadas en mitad de la noche en vez de hacerlo durante el día. Y cuando ha empezado a resolverse el asunto, el público ha abrazado El secreto de Marrowbone como una comedia, por mucho que en absoluto sea esa la intención de la película.
Una película que dejó de interesarme a los veinte minutos de comenzar y que tuve que esperar pacientemente el final como el resto de periodistas.


Morir (Dir. Fernando Franco – 1 h 44 minutos).
A las 22:00 horas asistí a la proyección, en el Teatro Principal, de la última película de Fernando Franco.


Morir es una película sobre el proceso de la muerte. No sobre la muerte como momento [final o de paso a otra fase, según], sino sobre cómo nos morimos. Y por encima de todo sobre qué ocurre alrededor de una persona que se muere. Cuatro años después de dirigir La herida, su debut en la dirección de largos, Fernando Franco vuelve al Festival de San Sebastián con una historia que nace de la novela de Arthur Schnitzler con el mismo nombre.
En Morir, como en La herida, hay lluvia y hay reflexión. Hay sufrimiento. Pero también hay una manera determinada de entender la producción cinematográfica: la de la historia pequeña que va a lo universal desde un número reducido de actores.
Porque si hay algo que destacar en Morir, quizá injustamente excluida de la sección oficial de San Sebastián, es el dúo protagonista – Andrés Gertrúdix y Marian Álvarez -. Mientras sus personajes mueren, uno en lo físico y el otro en lo emocional, los dos se miran. Se pasan 90 minutos mirándose, comunicándose con la mirada; y en esas miradas hay mucha más información que en las líneas de diálogo, algunas de ellas algo impostadas en ese contexto de naturalidad que genera Franco.
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Notas:
Las fotografías oficiales de los films comentados insertadas en este post, son propiedad de sus autores.
Las fotografías en el interior del KURSAAL, durante las conferencias de prensa de “La cordillera”, “Ricardo Darín, Premio Donostia”, “Carpa KELER” y “We Art Water Film Festival”, son propiedad y autoría de YOLANDA AGUAS para CINET FARÖ.