LOS TRES MOSQUETEROS: MILADY (Dir. Martin Bourboulon)

La novela publicada por Alejandro Dumas en 1844 tiene un signo fundacional para la cultura de Francia, tanto por su carácter historicista como por la proyección popular de sus personajes, que sin embargo no tardó en ser adoptada tanto por Estados Unidos como por, irónicamente, Reino Unido: la nación contra la que D’Artagnan y sus compañeros se hallaban en conflicto durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).

Las películas más famosas de Los tres mosqueteros han estado, en efecto, habladas en inglés, lo que quizá favorece el actual impacto de la adaptación de Martin Bourboulon.

Dicha adaptación se ha dividido en dos entregas, D’Artagnan y Milady, de cara a adaptar con holgura la historia original pero también concienciada con que ha de ofrecer algo nuevo.

Francia ha tardado tanto tiempo en reapropiarse de su criatura que una vez ha podido darle un enfoque particular, todos los responsables eran conscientes de que la fidelidad al material de partida no podía ser el único reclamo. Había que jugar con la fuente, actualizar discursos, ensayar nuevos acercamientos. Puede que lo más notorio de entrada sea, a este respecto, que la nueva versión de Porthos (Pio Marmaï) sea bisexual, como D’Artagnan descubría al poco de conocerle en la primera entrega, estrenada en España a mediados de 2023.

La segunda entrega se titula Milady en referencia al personaje homónimo, esa espía al servicio del Cardenal Richelieu que con su encanto magnético manipula tanto a D’Artganan como a su amigo Athos (con quien había contraído matrimonio en el pasado).

Es Milady, en efecto, quien centra la narración de la película, y lo hace en función a una reescritura que ha tratado de desafiar la misoginia con la que fue concebido el personaje para otorgarle una mayor complejidad, acaso una tragedia. Eva Green, encargada de interpretarla, tiene mucho que decir al respecto.

Green no disimula su entusiasmo por haber interpretado a este personaje. La euforia le traiciona, especialmente, cuando recuerda a otras actrices que han sido Milady antes que ella: Milla Jovovich en la (muy reivindicable) versión de Paul W.S. Anderson, Faye Dunaway en las películas de los 70 dirigidas por Richard Lester —que dividieron la adaptación de forma similar a este díptico— y Rebecca De Mornay en una efectiva producción de Disney de los 90.

Pero ella se queda con Lana Turner: “Siempre he sido una gran fan de esa Milady, con todo su toque hollywoodiense”, asegura Green en referencia al clásico Technicolor que protagonizó Gene Kelly como D’Artagnan en 1948.

Esta entrega que se estrena ahora en España, tiene su mayor interés en todo lo que ocurre con Milady: personaje que gana presencia y profundidad, y ya no se limita a ser una escurridiza villana con la que D’Artagnan y Athos (aquí interpretado por Vincent Cassel) se van encontrando de forma recurrente. Green achaca parte de estos cambios a la descripción que el libreto realiza de las circunstancias históricas. “En aquella época ser mujer era muy duro. Apenas se nos consideraba seres humanos”.

Una película que entretiene, con una impresionante producción y unas interpretaciones, especialmente la de Eva Green, que están a gran altura.

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