ENTRE ROSAS (Dir. Pierre Pinaud)

Eve (Catherine Frot) creaba las rosas más famosas del mundo, pero ahora está pasada de moda, un poco amargada y con una empresa al borde de la bancarrota. Vera, su fiel asistente, no puede dejar que lo que lleva defendiendo toda la vida desaparezca sin más y “contrata” a tres personas que provienen de un programa de inserción social para evitar caer en las garras de un codicioso empresario del sector. Con todas las ganas del mundo y muy pocas habilidades en jardinería, ponen en marcha un plan loco, pero brillante, para cambiar el destino del negocio familiar.

Esta amable pelícujla cuenta la historia de la señora Vernet, marcada por el legado de su padre en el negocio, pasa dificultades económicas mientras un poderoso empresario la presiona. No esperen un retrato agresivo y tirano del empresario. Es un hombre que quiere seguir contando con el talento de la señora Vernet y que ella lidere la parte creativa del negocio. Esta historia con un guion coherente podría haber sido una buena película, pero el guion no acompaña. El empeño del director por incluir tantas buenas obras lastran la historia. Entre rosas aglutina una cantidad de clichés y lugares comunes que es difícil creértela en algún momento. Abre tantas líneas argumentales que cuando las cierra quedan sin peso y con un recorrido escaso.

Un desarrollo más sencillo con menos frentes abiertos y un desarrollo más profundo y creíble hubiesen beneficiado a la película. Podría haber optado por realizarla como película de encargo, sin estridencias y sin arriesgar o bien llevarla a un punto mas intimista y personal arriesgando algo más y que ese riesgo lo amortigüe la parte más personal del director.
Hacer una película sencilla no es nada fácil, hacer que lo complejo no tenga esfuerzo a ojos del espectador tiene un grandísimo mérito.


NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

SUPERNOVA (Dir. Harry McQueen)

En los últimos años están apareciendo numerosas películas que tienen como tema principal la enfermedad de Alzheimer. El cine no ha tardado en tratar el asunto que tan presente está en la vida de todos los seres humanos. Supernova, el largometraje dirigido por el británico Harry McQueen, se suma a ese largo grupo de trabajos para la gran pantalla donde destacan títulos como El padre, Lejos de ella, Arrugas, Siempre Alice o El hijo de la novia, entre otros.

La película sigue las andanzas de una pareja gay, formada por un músico y un escritor que está empezando a perder la memoria, que decide emprender un viaje en autocarabana por aquellos sitios donde fueron felices y, de paso, visitar a sus seres queridos. A lo largo del viaje, los dos se replantearán su relación de pareja y asumirán realmente que el enfermo será una carga para su pareja, aunque este último asuma que tiene que realizar ese sacrificio. Rodada con un estilo clásico y beneficiándose de la fotografía de Dick Pope, que sabe sacar el partido del paisaje y logra cierta calidez en los momentos más íntimos, la película aborda asuntos importantes como la relación entre el cuidador y la persona que tiene que atender, la eutanasia o la inminencia de la muerte, adornada con los elementos habituales en un subgénero que hace hincapié en los estragos de la enfermedad en los afectados y sus seres más queridos.

No obstante, la película no pasaría de lo correcto sin el impresionante trabajo de sus dos actores protagonistas: el norteamericano Stanley Tucci, en el papel del escritor con problemas de memoria, y el británico Colin Firth, como su entregado cuidador. Ambos resultan absolutamente creíbles como esos veteranos amantes que tienen que afrontar la innevitable separación. Sus miradas, sus caricias, sus peleas y el tono de sus voces cuando se dirigen al otro denotan una complicidad que eleva la película más allá de lo convencional. Logran que un drama del montón consiga ir un poco más allá y acabe calando en el espectador.

Supernova es una película que hay que ver por la asombrosa labor que realizan sus dos intérpretes principales. El resto no pasa de ser otra película más sobre el Alzheimer con todos los lugares comunes del subgénero.

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NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

EL BUÉN PATRÓN (Dir. Fernando León de Aranoa)

Julio Blanco (Javier Bardem), el carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá la obtención de un premio local a la excelencia empresarial. Todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él. Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, y dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.
Fernando León de Aranoa nos presenta una nueva película donde predomina el tono social y el vínculo con la denuncia que le ha ido caracterizando en toda su filmografía.

Sin embargo, en este largometraje, su mirada consigue más matices, así como ponerse a relatar la vida desde otros zapatos, aunque bajo la sombra de un cinismo que nada pero guardando la ropa. El telón se abre con un patrón de corte paternalista que despliega todas sus armas en beneficio de la empresa y, supuestamente, de sus trabajadores. No obstante, poco a poco, va revelando una corriente manipuladora hacia sus intereses, que intenta hacer compatibles con los intereses de sus empleados.A partir de esta dinámica narrativa, León de Aranoa hace gala de una magnífica escritura y dirección, y también dirección de actores. Su guion está blindado por una coherencia y una sembrada profusión de metáforas visuales y verbales que nutren el conflicto, las caracterizaciones, el avance de la trama y la profundización en el tema. A pesar de sus momentos hiperbólicos y coincidencias forzadas, propias de aplicar un esquema satírico en el argumento, el ritmo y la fluidez llevan al espectador de secuencia en secuencia y de sorpresa en sorpresa.

Destaca, como es bien sabido por todos, la interpretación de Javier Bardem. No lejos de él la presencia de una gran Sonia Almarcha (¡qué actriz tan maravillosa¡) y en el comienzo de su carrera una joven Almudena Amor que nos dará grandes interpretaciones en el futuro.

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NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

LAS CONSECUENCIAS: Islas como nosotros

Texto: Francesc Mazón Camats

Fotografias: son propiedad de la/s productora/s de “Las consecuencias” de Claudia Pinto

Segundo film con la dirección de Claudia Pinto y como su debut “La distancia más larga”, de nuevo magnífica utilización de un paisaje singular como expresión de los sentimientos y en este caso la inestabilidad mental de sus protagonistas. Aquí la isla (de hecho son varias) volcánica de una belleza fascinante y terrorífica, en medio de un océano siempre amenazador.

El prólogo en unas profundidades submarinas como abismos, presenta un accidente mortal, la protagonista (una esforzada, intensa pero algo hierática Juana Acosta) inicia un duelo traumático que parece superponerse a una amenaza oculta en el seno familiar.

Una espléndida fotografía de Gabriel Guerra (casi un blanco y negro en color) grises, azules y negros omnipresentes, playas de arena negra, ríos de lava pétreos, acantilados grises y escarpados donde se abren grutas y pequeños poblados aparentemente abandonados y el mar omnipresente, en este marco abrupto, los protagonistas, una familia disfuncional y gravemente herida/perturbada, como náufragos a la deriva, van a intentar sobrevivir.

Un guión sobrecargado que acumula un peso excesivo en unos pocos personajes y deja a otros (la hermana y la madre) en cierta indefinición, una amenaza lúgubre y reiterativa en su parte central, son los desajustes de este ambicioso y arriesgado film. Estamos en territorio Bergman “Como en un espejo” 1961 una isla, una mujer perturbada y un círculo familiar de hombres. Padre, hermano y marido/psiquiatra no evitarán la caída en la locura de Karin, la protagonista. Oscar al mejor film extranjero… ¿El infantilizado público actual aceptaría la propuesta?

La realizadora planifica sus imágenes con notable habilidad y belleza formal, no busca la postal, más bien avanza hacia una atmósfera de miedo y claustrofobia a cielo abierto, una amenaza interior que el paisaje recoge y amplia.

Claudia Pinto conduce con firmeza a sus intérpretes, todos estupendos, destacando a Alfredo Castro (muy complejo y difícil personaje), la debutante María Romanillos (perfecta y agresiva naturalidad) y la veterana, fascinante Carme Elias (una máscara trágica) evitando siempre el desparrame melodramático.

El último y mejor tercio del film está conducido por la madre y esposa abandonada, magnífica Carme Elias, de una elegancia innata, confiere a su personaje una densidad trágica hecha de silencios. Pandora poseedora de todos los secretos, quizás intuye que liberarlos no conducirá a la deseada catarsis, tampoco el ajusticiamiento del monstruo patriarcal,  el nudo de perversiones. Conducido el film a la sombra de la tragedia griega La Orestiada

Orestes y Electra no evitan su fatalidad, el primero contaminado por la destrucción, víctima de las Furias (sus furias), Electra y su luto/duelo serán eternos, condenada al enclaustramiento…

Atención a los presurosos, después del fundido en negro, un último y terrible plano final, las tres mujeres sentadas frente al mar, negro, profundo y amenazador. Aisladas, la cámara retrocede… el mar parece a punto de engullirlas.

A modo de epílogo, no olviden que estas páginas se llaman CineT Farö, la isla desolada en el Báltico, refugio y escenario de los films más oscuros y geniales del maestro Ingmar Bergman: “Persona“ 1966 (Máscara en griego) y “La Vergüenza/Skammen“ 1968 (¿apocalipsis?) arriesgadísimas, mal aceptadas en su momento, films de culto fundamentales hoy.

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VIII EDICIÓN PREMIOS PLATINO, 2021 EN MADRID

Texto y fotografias: procedentes de la web oficial Premios Platino.

El olvido que seremos ha sido la coronada como la Mejor Película Iberoamericana de Ficción en la VIII Edición de los Premios PLATINO. Durante la gala celebrada en IFEMA Palacio Municipal de Madrid, el equipo de la película colombiana subió hasta cinco veces a recoger sus estatuillas, alzándose con galardones a la Mejor Dirección de Arte para Diego López, al Mejor Guión para David Trueba, a la Mejor Dirección para Fernando Trueba, a la Mejor Interpretación Masculina para Javier Cámara y a la ya citada Mejor Película Iberoamericana de Ficción.

La producción que adapta la novela homónima de Héctor Abad Faciolince fue una de las protagonistas de la noche, con hasta cinco premios entre ellos para su director, Fernando Trueba, para su actor protagonista, Javier Cámara, que se alzó con la ansiada estatuilla en su tercera nominación, o David Trueba, que tuvo un emotivo recordatorio para Cecilia Faciolince y Palmira Trueba, respectivas madres del escritor del libro original y el guionista de la cinta. Así se reconoce el éxito de la cinta colombiana, que recibió el sello del Festival de Cannes 2020 y fue estrenada en el Festival de San Sebastián, y también ha conseguido el premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana, así como la nominación al Premio José María Forqué a la Mejor Película Latinoamericana entre otros reconocimientos.

La gala de la VIII Edición de los premios presentada por Juana Acosta y Luis Gerardo Méndez también premió a las actrices de La boda de Rosa. Y es que tanto Candela Peña, ganadora de su primer PLATINO a la Mejor Interpretación Femenina en su segunda nominación, como Nathalie Poza, ganadora del PLATINO a la Mejor Interpretación Femenina de Reparto; fueron reconocidas por su trabajo en la última película de Icíar Bollaín. La estatuilla a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto fue a parar a Alfredo Castro por su papel en la cinta chilena El príncipe.

Entre las producciones televisivas galardonadas, destacó la española Patria, que consiguió 4 premios, entre ellos, el que la coronó como Mejor Miniserie o Teleserie Cinematográfica Iberoamericana. Dos reconocimientos para sus actrices, Elena Irureta a la Mejor Interpretación Femenina en Miniserie o Teleserie Cinematográfica por su papel protagónico –que ya le valió el Forqué en la XXVII edición de los premios-, y Loreto Mauleón, visiblemente emocionada al recibir su estatuilla a la Mejor Interpretación Femenina de Reparto en Miniserie o Teleserie Cinematográfica; y el reconocimiento al Mejor Creador de Miniserie o Teleserie Cinematográfica, novedad en la VIII Edición de los PLATINO, para Aitor Gabilondo; completaron el cuarteto de estatuillas de la ficción basada en la novela homónima de Fernando Aramburu que retrata el conflicto vasco.

Los premios interpretativos de la pequeña pantalla fueron a parar a Andrés Parra, galardonado por su papel en la serie colombiana El robo del siglo con el PLATINO a la Mejor Interpretación Masculina en Miniserie o Teleserie Cinematográfica, y a su compañero Christian Tappan, que se alzó con la estatuilla a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto en Miniserie o Teleserie Cinematográfica en la segunda ocasión a la que optaba al premio.


DIEGO LUNA, NUEVO PREMIO PLATINO DE HONOR

Uno de los momentos de la noche lo protagonizó Diego Luna, flamante Premio PLATINO de Honor, “un embajador de México y de toda Iberoamérica” según le definió Enrique Cerezo, presidente ejecutivo de los Premios PLATINO, antes de entregarle su estatuilla. Por su parte, Diego Luna destacó el estímulo que supone para él su precocidad al recibir el premio: “Más que un reconocimiento a lo hecho pienso que es un compromiso a lo que está por hacer”. El homenajeado también celebró la tan ansiada reunión de la industria iberoamericana, instando a mirar al futuro con optimismo: “Somos capaces de mucho más, y ahí viene una segunda oportunidad”.
Fue el intérprete español Álex García quien protagonizó uno de los momentos más destacados de la gala, que en el escenario de los PLATINO instó al compromiso por la sostenibilidad para luchar contra la crisis climática. Aprovechó también su tiempo en el escenario para mandar sus mejores deseos a la población de la isla canaria de La Palma, aún afectada por las erupciones volcánicas que se suceden desde hace semanas.
La gala, que pudo verse en televisiones en directo en toda Iberoamérica como como 4 Repetel, ATB, ATV Canal 9, Canal 10, Canal 13, Canal Brasil, Caracol HD2, La Red, Movistar+, RPC Canal 4, RTS, RTVE Play, Somos TV, Telesistemas, TNU, TNT, Trecevisión, TV Azteca, TV Ciudad, TVE, Venevisión o VTV, celebró con escrupuloso respeto de las medidas sanitarias la gran fiesta del audiovisual de habla hispana y portuguesa. Una fiesta en la que hubo tiempo que tuvo lugar en Madrid, un envidiable espacio geográfico que, a través de su capital y de cualquiera de los territorios que recorren la comunidad autónoma, ha sido, es y será uno de los grandes destinos cinematográficos tanto para profesionales que busquen localizaciones como para turistas interesados en viajes de cine.

LOS PLATINO, PUNTO DE ENCUENTRO Y CELEBRACIÓN DEL AUDIOVISUAL

Arropado por grandes nombres del audiovisual iberoamericano, el equipo de Las niñas recibió el PLATINO a la Mejor Ópera Prima de Ficción Iberoamericana, cosechando así un nuevo reconocimiento para la película de Pilar Palomero.

Y es que este retrato generacional de la Zaragoza de los años 90 que fue estrenado en la Berlinale fue la gran triunfadora del Festival de Málaga, consiguiendo la Biznaga de Oro; así como de la XXVII Edición del Premio José María Forqué, en la que fue reconocida como Mejor Película de Ficción o Animación, o en los 35 Premios Goya, alzándose con 4 cabezones, entre ellos a la Mejor película.
La coproducción hispano-chilena El agente topo, nominada al 93 Premio Oscar al Mejor Largometraje Documental, fue la ganadora en la categoría a Mejor Película Documental. La cinta, lazo entre no ficción y película de espías con un detective octogenario encargado de investigar los tejemanejes de una residencia de ancianos, también consiguió el Premio PLATINO al Cine en Educación y Valores, estatuilla que celebra la ternura y enseñanzas que se pueden extraer de una película con una marcada preocupación por los cuidados hacia la tercera edad y que recogió la directora del documental, Maite Alberdi, quien reclamó una mayor atención para la vejez y la necesidad de luchar contra la soledad forzada de ese sector de la población.
Los galardones técnicos de la VIII Edición de los Premios PLATINO fueron a parar a la cinta guatemalteca La llorona, que se alzó con las estatuillas al Mejor Montaje para Gustavo Matheu y Jayro Bustamante, Mejor Dirección de Fotografía para Nicolás Wong y Mejor Dirección de Sonido para Eduardo Cáceres. Por su parte, Aránzazu Calleja y Maite Arrotajauregui, responsables de la partitura de Akelarre consiguieron el premio a la Mejor Música Original que en sus agradecimientos al periodista y crítico cinematográfico español Antonio Gasset, recientemente fallecido. Finalmente, La gallina turuleca fue la producción reconocida como Mejor Película de Animación, poniendo el broche a una noche de ensueño que celebró por todo lo alto el audiovisual iberoamericano.

Los Premios PLATINO del Cine Iberoamericano, promovidos por EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), con FIPCA (Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales) y con el apoyo de las Academias e Institutos de Cine Iberoamericanos, aúnan los grandes talentos de las industrias de los 23 países iberoamericanos, ensalzando a las producciones y a los creadores más destacados de cada año con veintidós galardones y un Premio PLATINO de Honor.

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