DESTROYER. UNA MUJER HERIDA (Dir. Karyn Kusama)

Texto: Yolanda Aguas

Erin Bell (Nicole Kidman) es un agente de policía que vive atormentada, por los recuerdos de sus días como infiltrada en una banda delictiva. Un día reaparece el líder de la banda, lo que desencadenará una serie de sucesos que pondrán a prueba la salud de Erin, tanto física como mental, en un oscuro viaje hacia su pasado.  Es una policía veterana, asqueada con el mundo y carcomida por el odio, un personaje de esos oscuros que siempre tiene una frase borde para quién la salude cordialmente, que deberá investigar un caso de asesinato. Dicho caso, se trata del asesinato del líder de una banda, de la que Erin fue miembro durante una operación en cubierta, junto a otro policía, Chris, interpretado por Sebastian Stan.

A lo largo de la investigación, la trama aprovecha para explorar el presente de Erin, sus relaciones personales, como con su hija, o el novio de su hija (que parece empeñado en demostrar que es el peor partido posible para su hija), su ex marido, sus compañeros de trabajo, etc. En todas ellas se aprecia la inestabilidad emocional de la protagonista, gracias al desarrollo de diferentes dinámicas que nos sitúan a Erin en diferentes aspectos de su día a día.  Sin embargo, al tratarse de un caso que abre una puerta a su pasado, la trama también debe explorar dicho pasado. Por desgracia, el abuso de flashbacks se rompe demasiado con la continuidad de la trama, llegando a crear una confusión, que vista en retrospectiva es totalmente innecesaria, y solo sirve para enredar una historia que no necesitaba ser tan rebuscada.

Sin duda lo mejor que aporta esta película es la interpretación de la actriz principal, Nicole Kidman, que está genial. Tras “Las Horas”, que le valió su primer y único Oscar, es ahora cuando la actriz ofrece una sorprendente interpretación, intensa y dramática, llena de registros gracias a la variedad que aportan los flashbacks (en este sentido, los flashbacks ayudan mucho) y aleja la interpretación de la monotonía.

Le acompañan sin brillar tanto como ella,  Toby Kebbel en el papel de Silas, el mencionado líder de la banda, que aporta mucha intensidad a las escenas.

Ha sido incomprensible que la Kidman no estuviera nominada a los Oscar.

*********************************************************************************************************

NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

CAFARNAÚM (Dir. Nadine Labaki)

Texto: Yolanda Aguas

Consagrada con su primer filme como directora, “Caramel” (2007) y que remató con “¿Y ahora dónde vamos?” (2011), la actriz-directora libanesa Nadine Labaki propone en su tercer trabajo tras la cámara una historia desoladora de infancia ultrajada en un no menos ultrajado Líbano actual. Lo hace con un tono entre realista y popular, apelando a veces a un exceso de sentimentalismo pero capturando en toda su crudeza las vivencias mostradas.

Un niño de 12 años atraviesa un mundo que nadie, y menos tan pequeño como él, debería atravesar. No son solo la miseria, las vejaciones y la violencia callejera a la que se enfrenta. Es también, y en un grado mayor, la relación con unos padres que no le quieren, ni a él ni a sus muchos hermanos. Zain, el niño, explota cuando su hermana, apenas uno o dos años mayor que él, es vendida como esposa por sus propios padres al individuo que les alquila el cuchitril en el que viven.  El viaje del niño tras su fuga, sobre todo las escenas en el parque de atracciones en el que busca cobijo, apelan a un sentido directo de la realidad bastante notable.

Pero todo está contado en retrospectiva a partir de una situación sorprendente y atroz. En la primera secuencia, Zain camina esposado por las dependencias de la miserable cárcel de la ciudad, llega a la sala del tribunal y le recuerda al juez porque está allí y cuál es su demanda: quiere que juzguen a sus padres por haberle dado la vida y para que no puedan alumbrar ninguna existencia más. Todo lo que viene después en el relato es hasta comprensible después de tan descarnada confesión. Es el fin de la infancia, si es que Zain ha sido niño alguna vez.

Cuentan, además, con la espontaneidad en cada gesto del pequeño Zain Al Rafeea, uno de esos hallazgos de casting sin el que la película no funcionaría tan bien.  El plano final de esta película es inolvidable.

La directora, una sólida narradora, logra momentos emocionalmente intensos.  Quizá, debería abusar menos de la música porque a ratos da la sensación que pretende manipular al espectador.

Con todo, una película que requiere y merece el visionado del público.

**************************************************************************************************************

NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

RdP “QUÈ VA PASSAR AMB BETTE DAVIS Y JOAN CRAWFORD?”, por CineT Farö

Texto: Yolanda Aguas

Fotografías de la RdP: Francesc Mazón Camats

Esta mañana se despejó la incógnita.  Desde que se anunció esta función en la presentación de la Temporada 2018-2019 del Teatre Akadèmia de Barcelona, en septiembre 2018, sabíamos que Vicky Peña y Carme Elias iban a protagonizar la obra pero no “quién iba a ser quién”.

En la rueda de prensa que se ha celebrado esta mañana, se ha confirmado lo que muchos ya sospechábamos: Vicky Peña será Joan Crawford y Carme Elias será Bette Davis.  Sin duda nos espera un duelo interpretativo inolvidable.

La Historia del Cine cuenta con muchas anécdotas de rodajes, de relaciones entre actores, de amistades profundas y grandes enemistades.  Unas son más conocidas que otras, pero la que todo buen cinéfilo conoce bien es la profunda enemistad entre la Davis y la Crawford.  Es relación es mítica.

El título de la obra que se estrenará el próximo 27 de febrero, es un guiño a la famosa película “¿Qué fue de Baby Jane?” (1962), dirigida por Robert Aldrich.

La obra de Marboeuf,  “Què va passar amb Bette Davis y Joan Crawford?”,  transcurre en el camerino de cada una durante el rodaje.  La pared de separación es el espejo donde se miran, un espacio vacío que permite un atractivo juego teatral en una escenografía diseñada por Sebastià Brossa y Paula Bosch.

Según ha explicado Guido Torlonia, director artístico del Akadèmia y también de esta obra, el texto es divertido y ácido de Jean Marboeuf protagonizado por dos sólidas actrices catalanas: Carme Elias convertida en Bette Davies y Vicky Peña, en Joan Crawford.

Torlonia ha expresado, con toda la razón, que no comprendía cómo Elías y Peña apenas hubieran trabajado juntas.  Lo hicieron, muy brevemente al inicio de sus carreras: «No entiendo cómo no han hecho algo cara a cara antes».  El director italiano ya dirigió a Elias hace cuatro años, en el primer y único monólogo protagonizado por la actriz: “Al galop” inspirado en la vida de otra mujer fascinante, Diana Vreeland, editora de las revistas de moda Bazaar y Vogue.

En una obra de estas características, la caracterización y maquillaje eran especialmente importantes.  Viendo el resultado final, sin duda Helena Fenoy y Marta Ferrer, han realizado un gran trabajo.  Su trabajo se ha basado en el estilo de las estrellas de Hollywood de aquella época.

El vestuario, de vital importante también, es una creación de la figurinista Gloria Viguer.

Las dos actrices están felices e ilusionadas con este nuevo trabajo:

Carme Elias: «No hacemos una imitación del personaje, sino que interiorizamos y vivimos sus sentimientos. No es una obra superficial. Hay mucha parte biográfica pero cada momento refleja un estado de ánimo. Bette Davis luchó toda su vida por imponer su manera de ser en un mundo cargado de prejuicios. Cuando Joan Crawford le propuso rodar el filme en seguida vio que era una oportunidad.

Los conflictos y la competición entre ambas son apasionantes. La obra permite asomarse al mundo de la interpretación. Se ve qué es crear un personaje, entrar dentro de él y competir con él dentro de una obra. Pero también sus conflictos y dudas internas de cada una, sus depresiones y alegrías”.

Elias, destacó que más allá del duelo de egos, el texto teatral muestra el machismo imperante en el Hollywood: “Tanto una como otra luchó para ser respetadas en la industria, para ser cabeza de cartel y tener buenos papeles. Aún hay mucha influencia machista en todos los mensajes y productos del cine. La irrupción de la mujer en la producción, la dirección y la autoría está cambiando un poco las cosas, aunque no se trata de competir sino de complementar y enriquecer. Pero continúa habiendo agravios y Hollywood es el paradigma: los actores cobran más que las actrices».

Ante la pregunta del motivo por el que ambas divas de Hollywood se enfadaron, Elias piensa que “fue una mezcla de su personalidad y de acumulación de pequeños detalles. Cuando eres actor tienes que ir con mucho cuidado con los límites para no ofender a los otros intérpretes con los que trabajas”.

Vicky Peña: «Nos hemos documentado sobre sus vidas e intentamos acercarnos a un perfil físico reconocible pero no hacemos una imitación o un calco de como se movían y hablaban. Estamos en el teatro y queremos volar libres. Para mí ha sido un reto  emular a Crawford, es un trabajo bonito, interesante y curioso porque interpretar a una actriz que a su vez hace un personaje permite ver cómo es este oficio.

Es admirable cómo está escrito el texto, a través de esas cartas de ambas con distintos interlocutores.   A través de ellas vemos el alma de estas dos mujeres que empiezan el proyecto llenas de energía e ilusión y acaban con una enorme dificultad para comunicarse por circunstancias del rodaje, por sus propias personalidades o por pequeños conflictos que se generaron con el estudio”.

Guido Torlonia, ha explicado otros aspectos de la función: “Pensamientos, acción, sentimientos van siguiendo una lógica abstracta en esta obra donde las protagonistas se relacionan entre ellas y con los demás a través de cartas. Su contenido, es pura invención pero se basa en hechos reales, documentos y declaraciones. La obra recorre de la vida de ambas y aparecen evocados personajes de la época como Marylin Monroe, familiares de las actrices y el director del filme. Él en realidad fue la víctima  porque estaba en medio y tenía que escuchar a ambas».

Teatre Akadèmia, del 27 de febrero al 31 de marzo 2019.  El coloquio con el público será el día 28 de febrero.

Fotografías oficiales: DAVID RUANO.

********************************************************************************************************************************

 

LA CLASE DE PIANO (Dir. Ludovic Bernard)

Texto: Yolanda Aguas

La música es el secreto del joven Mathieu Malinski (Jules Benchetrit), un tema del que no se atreve a hablar en el barrio donde pasa el tiempo con sus colegas. Cuando uno de los pequeños hurtos que suele llevar a cabo con sus amigos le hace acabar en el calabozo, Pierre Geitner (Lambert Wilson), director del Conservatorio Nacional Superior de Música y que le vio tocar en una estación, consigue sacarlo a cambio de servicios sociales. Pero Pierre tiene un plan diferente para Mathieu: ve en él el futuro gran pianista en potencia que lleva dentro y, por eso, lo inscribe en el concurso nacional de piano. Mathieu entra en un nuevo mundo cuyos códigos ignora, empieza las clases con la intransigente «Contesa» (Kristin Scott Thomas) y conoce a Anna, de la que se enamora.

El joven protagonista vive en la periferia con una madre y dos hermanos que no llegan a fin de mes, y en consecuencia se busca la vida con pequeños robos. “La clase de piano”, como ya imaginarán, es un nuevo cuento de hadas.  Corren tiempos difíciles, en todos los ámbitos, y de vez en cuando viene muy bien ver películas así.  Películas que solo pretenden poner ante nuestra mirada que el triunfo y la superación pueden ser posibles.

Jules Benchetrit (1998), hijo de la malograda Marie Trintignant, está atinado como personaje en conflicto que deberá poner sentimiento y pasión adecuados cuando se sienta al teclado.

Un elemento esencial de la película, es la portentosa música del compositor ruso Serguéi Rajmáninov (1873-1943), ensamblada en la trama más allá de lo que es un recurso en la banda sonora. Resulta curioso como Ludovic Bernard, veterano ayudante de dirección, con casi tres décadas en el oficio, prefiere no aplicar a su tercera película como autor la intensidad emocional que se pide al candidato. Opta finalmente por una factura correcta y sin alardes, aunque el academicismo también sea una virtud cuando se pone al servicio de una idea tan sencilla como compleja: la de superación personal.

De la película, quizá lo más importante sea su mensaje: “Consentir los caprichos de un niño no es amarlo; amarlo es sacar lo mejor de él, enseñarle a amar lo difícil”.

Básicamente, esta película tendrá mayor interés para los muchos seguidores de la Sra. Scott Thomas.

****************************************************************************************************************************

NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo son propiedad de sus autores.

ANA BELÉN (Ciclo: III TRAYECTORIAS – UNIZAR), por CineT Farö

(Texto y Fotografías: YOLANDA AGUAS)

Ana Belén participó ayer en el III Ciclo Trayectorias en el Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.  El público asistente disfrutó y ella también.

En el encuentro con los medios una hora antes, la actriz y cantante rememoró muchos de sus trabajos, algunos de ellos rodados e interpretados en Aragón.

Ana Belén: «A Aragón he venido en todos los formatos: a cantar, a hacer cine, teatro, en las tres maneras de acercarse a la gente, en conciertos y teatro en directo o rodando y viviendo temporadas largas por rodajes. Parece que me quieren, sí»,

Se quejaba de la ausencia de propuestas en la actualidad para el cine: «Me gusta mucho trabajar en los rodajes, soy muy feliz en esos momentos, me gusta el ambiente que se genera, pero no me ofrecen trabajo en el cine, es la realidad. Me da un poco de pena pero es así. Pero no me estoy en casa con los brazos cruzados, estoy haciendo otras cosas y tampoco me paro a pensar que me falta el cine. Hago teatro, que también es una buena manera de interpretar, pero sí me gustaría hacer cine, es verdad«.

Esa afirmación no es del todo cierta, ya que tiene una propuesta para el cine, pero quizá el que se haya retrasado el inicio del rodaje le haga expresar lo que han leído anteriormente: «Sí que hay un proyecto que pensé que iba a materlizarse pronto, pero es una película que está pendiente de la financiación, y sería un papel muy interesante, pero no puedo decir nada más».

Su actividad más inmediata será la música, la gira que está preparando e indicó que hacia finales del verano la veremos de nuevo en Zaragoza interpretando sus éxitos de siempre y los temas del disco ‘Vida’, que publicó hace pocos meses.

Sigue respetando a la profesión, y no paró en hablar bien de sus compañeros: «Son muy buenos directores, hay grandes actores, es una generación muy preparada y hacen unos trabajos muy interesantes”.

Ante mis preguntas sobre el teatro, Ana Belén manifestó: «El teatro es lo que me ha dado más satisfacciones en mi carrera. Es cierto que es muy absorbente, muy trabajoso, que requiere mucha energía en el día a día, de ir a hacer la función en directo a las salas, pero, sin embargo, ese trabajo me reporta mucha energía interior, saca lo mejor de mí, siempre lo he creído, incluso cuando hacía mucho cine. Pensaba que volver al teatro es como volver a la casa madre, a la nave nodriza. También tengo la sensación de que los mejores trabajos que he hecho han sido en teatro. Así como puedo estar muy descontenta con cosas que he hecho en cine, en teatro todo son satisfacciones, tengo la sensación de que he tenido que interpretar personajes maravillosos y he trabajado con los mejores directores y compañeros. El teatro exige todo, no puedes andar con medias tintas«.

Naturalmente, le pregunté por su colaboración con su maestro, Miguel Narros. Ana Belén se emocionó al recordarle: «Siempre he dicho que si tuviera que quedarme con alguien, es Miguel Narros. Él fue mi maestro y un referente. Eran años complicados para hacer teatro y tenían la inteligencia suficiente para hacer un gran trabajo. Era una generación maravillosa».

Le pregunté por la gran Berta Riaza, la actriz que fue su faro y referente mientras estuvo activa.  Ana Belén, emocionada de nuevo, la recordó: “Berta fue una actriz que no hizo mucho cine.  Televisión en ocasiones muy contadas veces y yo tuve la suerte de trabajar cerca de ella, en el momento en el que empezaba a crear un personaje yo la veía y pensaba que yo quiero ser esto y llegar a esto que Berta Riaza es, una actriz maravillosa, tan de verdad.  He conocido y trabajado con gente estupenda, actores estupendos, muchos de los cuales ya no están.  Sí quiero recordar también a una actriz que, afortunadamente, todavía tenemos: Margarita Lozano”.

Y, en lo que refiere al teatro, le pregunté por su colaboración con Lluis Pasqual, en la obra “La hija del aire”, donde Ana Belén alcanzó críticas maravillosas por su interpretación.  Fue un montaje de 1981, con autoría de Pedro Calderón de la Barca.

También le recordé su trabajo en la película “La casa de Bernarda Alba” de Mario Camus, en la que trabajó con Irene Gutiérrez Caba y Florinda Chico, entre otras.

Con más de cuarenta películas, entre ellas ‘Sé infiel y no mires con quién’ (Fernando Truena, 1985); ‘La casa de Bernarda Alba’ (Camus, 1987) o ‘Libertarias’ (Aranda, 1995), Ana Belén ha reflexionado también sobre su carrera cinematográfica y ha destacado el trabajo realizado con el director de cine José Luis García Sánchez, con quien rodó ‘El vuelo de la paloma’, junto a José Sacristán.

Ana Belén, una trayectoria de casi 60 años, donde siempre ha brillado como cantante y actriz.

***************************************************************************************************************

NOTA: Las dos fotografías de «La hija del aire» y «La casa de Bernarda Alba» son propiedad de sus autores.

PREMIOS GOYA 2019, por CineT Farö

La ceremonia de entrega de los Premios Goya se trasladó a Sevilla. Tras una alfombra roja llena de glamour, a las 22:00 comenzó la gala con Andreu Buenafuente y Silvia Abril como principales conductores de la misma.

Duró más de tres horas, y  Campeones se proclamçó como la gran vencedora de la noche con el Goya a la Mejor Película, mientras que Rodrigo Sorogoyen (El reino) se alzó con el Goya a la Mejor Dirección.

El Goya de Honor fue entregado a Chico Ibáñez Serrador.

Y el Goya a la Mejor Interpretación Femenina fue, como no podía ser de otra manera, para la gran actriz Susi Sánchez, que con su trabajo en La enfermedad del domingo logró una de las mejores interpretaciones femeninas de la Historia del Cine español.

A continuación el listado de todos los premiados Premios Goya 2019:

Mejor Película

Campeones

Mejor Dirección

Rodrigo Sorogoyen, por El reino

Mejor Dirección Novel

Arantxa Echevarría, por Carmen y Lola

Mejor Actriz Protagonista

Susi Sánchez, por La enfermedad de domingo

Mejor Actor Protagonista

Antonio de la Torre, por El reino

Mejor Actriz de Reparto

Carolina Yuste, por Carmen y Lola

Mejor Actor de Reparto

Luis Zahera, por El reino

Mejor Actriz Revelación

Eva Llorach, por Quién te cantará

Mejor Actor Revelación

Jesús Vidal, por Campeones

Mejor Guión Original

Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, por El Reino

Mejor Guión Adaptado

Álvaro Brechner, por La noche en 12 años

Mejor Dirección de Producción

Yousaf Bokhari, por El hombre que mató a Don Quijote

Mejor Dirección de Fotografía

Josu Incháustegui por La sombra de la ley

Mejor Montaje

Alberto del Campo, por El reino

Mejor Dirección Artística

Juan Pedro de Gaspar, por La sombra de la ley

Mejor Diseño de Vestuario

Clara Bilbao, por La sombra de la ley

Mejor Maquillaje y Peluquería

Sylvie Imbert, Amparo Sánchez y Pablo Perona, por El hombre que mató a Don Quijote

Mejor Sonido

Roberto Fernández y Alfonso Raposo, por El reino

Mejores Efectos Especiales

Lluís Rivera y Laura Pedro, por Superlópez

Mejor Música Original

El reino

Mejor Canción Original

«Este es el momento» (Campeones)

Mejor Película de Animación

Un día más con vida

Mejor Película Documental

El silencio de los otros

Mejor Película Iberoamericana

Roma (México)

Mejor Película Europea

Cold War

Mejor Cortometraje de Ficción

Cerdita

Mejor Cortometraje Documental

Gaza

Mejor Cortometraje de Animación

Cazatalentos

Goya de Honor

Chicho Ibáñez Serrador

*****************************************************************************************************************

NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo es propiedad de sus autores.

LA FAVORITA (Dir. Yorgos Lanthimos)

Texto: Yolanda Aguas

«El favor es una brisa que cambia de dirección todo el tiempo. En un instante, vuelves a encontrarte durmiendo junto a un montón de putas sucias», afirma alguien en un momento de la película, y es una verdad que tanto Sarah como Abigail tendrán ocasión de certificar mientras pelean brutalmente por el corazón y el poder de la reina. Y contemplarlas hacerlo, resulta divertidísimo en muchos momentos, aunque de repente deja de serlo.

El de Ana de Gran Bretaña es uno de los reinados menos conocidos de la historia británica y, a decir verdad, “La favorita” no ofrece detalles sustanciales sobre él —aunque, eso sí, es de lo poco que no ofrece—. Los 17 hijos que perdió a lo largo de su vida y las guerras que mantuvo con España y Francia son asuntos a los que alude pero sobre los que en absoluto pormenoriza, y en cambio se centra en otro sobre el que en realidad no hay certezas históricas: la relación que Ana mantuvo tanto con la duquesa Sarah Churchill, durante años su más íntima confidente —y, afirma la película, su amante secreta—, como con Abigail Hill, que decidió suplantar a Sarah como beneficiaria de los afectos de la reina.

El director griego, Yorgos Lanthimos, cuyas películas ‘Canino’, ‘Alps’, ‘Langosta’ o ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ lo coronan como un director sorprendente, distinto y extraño (no apto para todo el mundo, en muchos provocará rechazo). Sus guiones son una locura, un soplo de aire fresco en el cine actual. Quizás esta última película es la más convencional de todas las que ha hecho (no la ha escrito).

A principios del siglo XVIII, Inglaterra está en guerra contra Francia. En este caótico telón de fondo, nos encontramos con una reina debilitada, Anne (gran trabajo de Olivia Colman), que ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la reina. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah. Esta ayuda a Abigail, quien ve una oportunidad para regresar a sus raíces aristocráticas. Como la política ocupa gran parte del tiempo de Sarah, Abigail empieza a acompañar con más frecuencia a la reina.

El guion tiene mucho sentido del humor, ironía y sarcasmo a través de los cuales se hace una crítica brutal a la clase acomodada, llena de excesos. El papel del hombre es anecdótico, ya que el peso lo llevan las tres mujeres fuertes y a la vez frágiles, dos de las cuales se pelearán y harán todo lo posible para ganarse el beneplácito de la reina, interpretada – volvemos a decirlo –  magistralmente por Olivia Colman.

Técnicamente el filme sobresale el uso del gran angular y la panorámica deformante, que pretende por un lado empequeñecer a sus personajes y por otro engrandecer la losa que lleva a cuestas la reina.

Visualmente espectacular (debo destacar a Robbie Ryan, director de fotografía), parece que estemos delante de una pintura preciosista de época, cuyos contrastes en los tonos acentúan aún más si cabe los dilemas de la reina.

En cuanto a la banda sonora, acompañando a las imágenes, podemos apreciar composiciones de Vivaldi, Purcell, Handel o Bach (todos ellos compositores barrocos, como la estética de la película).

El trabajo de sus tres actrices protagonistas es estupendo. Rachel Weisz, Emma Stone y Olivia Colman no decepcionan, y son las mujeres ideales para representar este juego cínico llevado al extremo orquestado por Lanthimos.  Colman podría ganar el Óscar, atentos…

*************************************************************************************************************

NOTA: Las fotografías insertadas en este artículo es propiedad de sus autores.