
Un escritor en crisis (Thomas Schubert) y un amigo se instalan un verano en una casa de vacaciones del mar Báltico. El primero, ensimismado y engreído, pretende concentrarse en la escritura de su nuevo libro. Los planes del segundo son más lúdicos. Al llegar descubren que no están solos, que una misteriosa chica (Paula Beer) pasa unos días en esa misma casa.
Petzold de nuevo sitúa la catástrofe en el espacio íntimo y en el histórico, hilvanándolos desde otros resortes narrativos.
La película tiene una puesta en escena elegante, es muy brillante en su escritura e inesperadamente divertida, ‘El cielo rojo’ deja de ser solo una comedia de personajes y situaciones para abrirse a espacios más sofisticados sin perder cierto halo de complejidad.
Con la amenaza de ese cielo rojo que alerta de la cercanía del incendio, Petzold juguetea con la personalidad y las conductas imprevisibles de los personajes, también con cómo se relacionan con la palabra.
Se trata de una clara tragicomedia sobre un hombre enfadado con el mundo incapaz de entregar algo de simpatía hacia los demás poco o nada tiene que ver con las ficciones histórico-míticas que ha realizado el alemán hasta el momento; de Phoenix (2014) a En tránsito (2018) u Ondina (2020).
Su final es de los más devastadores y cautivadores de la temporada, y nos recuerda lo importante que es dejar de mirarnos el ombligo para sobrevivir a lo peor de nosotros mismos.
Lo mejor, sin duda, las grandes interpretaciones.


**********************************************************************************************************************