

Película dramática que nos adentra en la vida de Astrid (Emmanuelle Devos), la esposa de un famoso y prestigioso abogado (interpretado por el gran actor francés Daniel Auteuil). Su voz apagada siempre en un mundo de apariencias.
La repentina fisura en la aparente estabilidad familiar se manifiesta cuando sus hijos, movidos por un ardiente deseo de justicia, se lanzan en una búsqueda que amenaza con desvelar oscuros secretos y desafiar las bases mismas de su vida y la de su esposo.
La nueva película de Joachim Lafosse se centra en este silencio maternal, en este caso el que mantiene a la esposa de un abogado de prestigio respecto a los actos criminales no explicitados que cometió su marido en el pasado, y que resuenan en el presente de sus hijos.
Experto en dramas psicológicos de altos vuelos como Después de nosotros o Un amor intranquilo, Joachim Lafosse quiere levantar aquí un filme sobre cómo afectan a los silencios sobre el abuso. Pero la estructura que plantea, basada también en los fuera de campo, el distanciamiento emocional y lo que no se dice, genera más confusión que complejidad dramática.
La película se sostiene sobre todo en la interpretación de la siempre magnífica Emmanuelle Devos, que logra otorgar solidez a la evolución de un personaje no del todo bien perfilado. Sobre la película de Lafosse pesa desde el pasado mes de junio otro desajuste, lo que genera saber que el director fue denunciado por numerosas colaboradoras justamente por su comportamiento tóxico en los rodajes.
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