

En el año 2000, Nevenka Fernández, de 24 años, concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada, sufre una persecución implacable, tanto sentimental como profesional, por parte del alcalde, un hombre acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal. Nevenka decide denunciar, aunque sabe que deberá pagar un precio muy alto: su entorno no la apoya, la sociedad de Ponferrada le da la espalda y los medios la someten a un juicio público. Su caso inicia en España el movimiento #metoo mucho antes de que se invente el término. Una historia basada en hechos reales que convierte a su protagonista en una pionera al llevar por primera vez a un político influyente y popular ante los tribunales por acoso sexual y laboral.
Unos años después de dirigir Maixabel (2021), la directora Icíar Bollaín regresa a cines con Soy Nevenka (2024). La ganadora de un premio Goya dirige esta película presentada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y que retrata cómo un juicio por acoso laboral en Ponferrada revolucionó España.
La película original de Movistar Plus+ está protagonizada por Mireia Orol y está distribuida por Buenavista International (Disney). Icíar Bollaín ha tomado como referencia el libro de Juan José Millás.
En septiembre del año 2000, Nevenka Fernández coge una baja por depresión y se muda a Madrid, dejando atrás su puesto como concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada. ¿El motivo? El acoso sexual, laboral y psicológico al que estaba siendo sometida por parte del alcalde de la ciudad, Ismael Álvarez, con quien había mantenido una relación meses atrás. En marzo de 2001, hizo pública su denuncia.
El mundo se apresuró a echarse encima de Nevenka: ni su entorno, ni su partido político, ni la sociedad se puso del lado de la concejala, sino que en su lugar se posicionaron con el alcalde; de hecho, hasta la Asociación para la Defensa de la Mujer Acosada dejó de apoyarla, y los medios de comunicación la sometieron a un juicio público sin precedentes.
Con la película de Bollaín, esta terrible historia de humillación y desprecio social sufrida por una mujer llegará a las nuevas generaciones. Quizá sirva para que recuerden siempre que los derechos adquiridos hay que seguir defendiéndolos para no perderlos.
Magníficas interpretaciones de Mireia Orol y Urko Olazabal.

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