Texto: Yolanda Aguas
Cuidar del hogar y plegarse a los deberes conyugales sin rechistar: es lo que enseña con fervor Paulette Van Der Breck en su escuela para muchachas. Sus certezas se tambalearán en el momento en que se encuentre viuda y arruinada. ¿Es el regreso de su primer amor o el viento de libertad del Mayo del 68? ¿Y si la buena esposa se convirtiese en una mujer libre?
Una escuela para amas de casa, donde forman a adolescentes con la pretensión de convertirlas en esposas modelos, es el marco donde se desarrolla esta irónica comedia francesa, ambientada en Mayo del 68. Una época en la que tuvieron lugar espontáneas manifestaciones en Francia (sobre todo en París), con la intención de cambiar el mundo. Y aunque está considerada por muchos como una revolución fallida, lo cierto es que provocó cambios profundos, tanto a la hora de transformar valores morales, como en lo tocante a la liberación de la mujer en cruciales aspectos de la vida cotidiana, incluidas las relaciones sexuales, sometidas a retrógradas restricciones.
También a las inquietas chicas del centro educativo Paulette, como a sus ya veteranas responsables, les llegan los ecos de dicha revuelta, convertida en un jubiloso alegato feminista. A partir de ahí, ‘Manual de la buena esposa’ pone en la picota, sin mala leche, con sentido del humor, comportamientos caducos, al tiempo que se abre de forma luminosa a una existencia más libre y mejor.
La escena final es paradigmática, ya que deja meridianamente claro que sin atracción física no hay sexualidad y sin sexualidad no hay futuro. En definitiva, la vida se expande generosa ante las ilusionadas protagonistas de este soplo de aire fresco.
Como siempre, lo más destacado de esta película es la presencia de la gran e irrepetible Juliette Binoche.
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