Texto: Yolanda Aguas
Francia, 1942. Gilles es arrestado por soldados de las SS junto con otros judíos y enviado a un campo de concentración en Alemania. Allí consigue evitar la ejecución al jurar a los guardias que no es judío, sino persa. Gracias a esta artimaña, Gilles consigue mantenerse con vida, pero tendrá que enseñar un idioma que no conoce a uno de los oficiales del campo, interesado en aprenderlo. Al tiempo que la relación entre ellos aumenta, las sospechas de los soldados van en incremento.
El profesor de persa se suma a la amplia lista de películas sobre el genocidio judío que, año tras año, se producen con la única y legítima finalidad de mantener viva la memoria del horror. A pesar del número de cintas que hemos visto sobre el tema, seguimos teniendo ejemplos de que se puede contar lo mismo de mil formas distintas.
El profesor de persa, película correcta, pero que reitera lo ya contado sin aportar nada nuevo. Basada en el relato Invención de un lenguaje, de Wolfgang Kohlhaase, está inspirada en hechos reales y cuenta cómo un judío belga, de nombre Gilles (Nahuel Pérez Biscayart), consiguió sobrevivir gracias a la increíble argucia de fingir hablar farsi, idioma que desconocía totalmente.
Se trata de un film de estilo clásico, con impecable puesta en escena y unas buenas interpretaciones del dúo protagonista, pero el guion es plano, no saca partido a las situaciones y no consigue que la historia emocione. No obstante, puede gustar al público general, pues no se recrea en la dureza del genocidio y deja cierto margen a la esperanza.
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