Texto: Yolanda Aguas
Isabelle (Anne Dorval) decide emprender un viaje a Vietnam, tierra natal de su hija adoptiva Clara, con la esperanza de volver a conectarse emocionalmente con ella. A lo largo de esta hermosa aventura, Isabelle descubre el país de su hija a través de los ojos de la mujer que la trajo a este mundo. Esta especie de peregrinaje lleva a las dos mujeres a desvelar sus secretos más íntimos y construir un camino para seguir adelante. «14 días 12 noches» es una travesía increíblemente sublime que examina la influencia de la cultura, la identidad, el perdón y la extraordinaria amistad entre dos mujeres, consolidada por el amor mutuo que comparten por la misma hija.
Dado que casi todas las localizaciones de la película y sus actores provienen de Vietnam podríamos pensar que esta es una película de producción oriental. Pero nada de eso. ‘14 días, 12 noches’ es una producción canadiense que ha llegado a ser la mejor baza del país de América del Norte para los próximos Oscar.
Pero dando la vuelta a lo que acabo de decir, a pesar del origen el filme de Jean-Philippe Duval el carácter es del todo oriental. Ya no solo porque el escenario en el que transcurre todo nos transporta a un cine con tintes asiáticos, también por las formas tan pausadas de narrar, donde los silencios dicen mucho. La película establece una nueva relación entre los personajes de Anne Dorval y Leanna Chea que están ligadas en el pasado y que por causas del destino vuelven a encontrarse.
Es una historia de palabras contenidas en la que la protagonista debe tantear el terreno, tanto social como sentimental. La película se muestra interesante en las escenas en las que se ponen de frente las diferencias entre distintas culturas y nos plantea si es juicioso que la protagonista comunique la fatídica noticia a la joven vietnamita.