MAMÁ MARÍA (Dir. Jean-Paul Salomé)

Texto: Yolanda Aguas

El pasado día 21 de abril tuve la oportunidad de ver «Mamá María» en el marco de la 5a edición del BCN FILM FEST-S. Jordi.

La película está protagonizada por la inmensa actriz Isabelle Huppert. Su nombre va asociado a los más importantes nombres del cine de autor: Claude Chabrol, Michael Haneke, Claire Denis, Michael Cimino, Hal Hartley o Hong Sang-soo.

Su filmografía abarca una innumerable capacidad de registros que sin embargo no incluye demasiadas interpretaciones en el humor. Una ausencia que cubre en parte con su personaje protagonista en ‘Mamá María’, una comedia dramática con toques de ‘thriller’ y vocación de llegar a un gran público del francés Jean-Paul Salomé.
La película es intrascendente, pero la presencia en ella de Huppert hace que valga la pena verla al menos una vez. Ella es la película y con esto creo que lo digo todo.

Isabelle Huppert es Patience Portefeux, una traductora del árabe al francés que, a sus cincuenta y pico años, empieza a inquietarse por el futuro próximo. En la brigada antinarcóticos donde trabaja, esquiva con dignidad las explosiones fugaces de violencia de detenidos y policías. Y apenas ha acabado de pagar las deudas que le dejó su marido ya muerto cuando la residencia donde ha tenido que ingresar a su madre (Liliane Rovère) la amenaza con echar a la anciana por impago de las últimas y muy desorbitadas mensualidades. En el tramo inicial del filme, Patience hace honor a su nombre y asume con estoicismo y los ojos un tanto vidriosos sus circunstancias. Pero, aunque no lo verbalice, en su cabeza empieza a fraguarse la posibilidad de una vida más llevadera. Y llega la oportunidad cuando menos lo esperaba.

Cuando descubre que el hijo de Khadidja (Farida Ouchani), la cuidadora de su madre en la residencia, está metido en uno de los chanchullos de drogas a los que su unidad hace seguimiento, decide echarles una mano. Su cambio no es repentino. A través de las conversaciones que ha mantenido con otros personajes, deducimos que Patience defiende a personas que, como le sucedió a su padre, inmigrante argelino, no lo han tenido fácil para conseguir un buen trabajo y se han buscado alternativas. Como le comenta ella misma a su jefe y amante, Philippe (Hippolyte Girardot), su progenitor decidió ganarse el sustento “con un tipo de negocios que no aprobarías”. Ella parece decidida ahora a seguir sus pasos.
La película apenas exprime el potencial de contar con una Isabelle Huppert que ejerce de reina del disfraz en un entorno criminal y multicultural. La intención del guión se limita a esperar que el simple hecho de ver a la Huppert de gran señora árabe negociando con pequeños traficantes resulte de por sí gracioso. Más interés (y diversión) tiene la relación que Huppert desarrolla con su vecina de origen chino, con la que acaba estableciendo una inesperada complicidad.
Isabelle Huppert lo llena todo y la película nos deja con el buen sabor de boca de que para una mujer, pasada la cincuentena, también tiene una segunda oportunidad.

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