

Siglo VIII. El cristianismo se extiende por Europa mientras las creencias paganas desaparecen.
Ante el avance del ejército de Carlomagno al atravesar los Pirineos, el líder del valle pide ayuda a una diosa ancestral. Mediante un pacto de sangre, derrota al enemigo dando su vida a cambio, pero antes, hace prometer a su hijo Eneko que protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era.
Años más tarde, Eneko afronta esa promesa con una misión: recuperar el cuerpo de su padre enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno. Pese a su fe cristiana, necesitará la ayuda de Irati, una enigmática pagana de la zona. Los dos jóvenes se adentrarán en un extraño e inhóspito bosque donde “todo lo que tiene nombre existe”.
En esta película la narrativa se procesa a un ritmo pausado, pero que constantemente contiene tensión y misticismo. Los conflictos planteados cobran sentido e importancia conforme la cinta avanza. El uso de la naturaleza como un elemento prioritario para sumergirte en la diégesis de la película es excelente. Irati contiene momentos de acción pura y brutal muy bien distribuidos, por lo que no llega a hacerse pesada en ningún momento. Si bien es cierto que hay alguna parte que se aborda con un poco más de prisa, esto no influye para nada en la experiencia de su visionado.
Donde más se disfruta esta película, es en los momentos donde el imaginario mitológico de su director aflora y se atreve a jugar con la narrativa. Crea una sensación oscura y misteriosa que te mantienen casi sin pestañear durante todo lo que dura el metraje.
Los dos protagonistas principales a los actores Eneko Sagardoy y Edurne Azkarate. Obligado es mencionar el personaje de Itziar Ituño, Mari. Personaje que si bien no cuenta con diversas apariciones, es el personaje con el cual se vive los momentos más épicos y emocionantes de la película, esté presente o no. La actriz nos muestra una presencia indudable en pantalla.


Eneko da vida al personaje llamado al igual que él. Este personaje demuestra el lado más histórico y es por el cual seremos testigos de todos los acontecimientos fantásticos de la película. El actor brinda una interpretación notable y consigue dar al personaje una entrañable sensación de familiaridad.
Gorka Gómez es quien asume la dirección de fotografía de la película. Su trabajo consigue hacer que la belleza visual de esta película destaque por completo. El retrato de la naturaleza consigue aportar a la película una especial verosimilitud en un mundo fantástico. El juego con la luz en las escenas de la cueva por ejemplo, es hipnotizante y más considerando el reto del uso de iluminación completamente natural. Un trabajo muy remarcable por parte de fotografía.
Una bellísima película.
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