Texto: Yolanda Aguas
Lo que, aparentemente, se plantea con una premisa de lo más simple, termina siendo una historia de amor que va adaptando cierta complejidad según van pasando los minutos. La película Entre nosotras es un drama sentimental que vaga entre el suspense y la intriga en el cual Meneghetti nos da las dosis justas de cada una (y lo hace de forma más que satisfactoria).
El prólogo de la película Entre nosotras ya nos sirve para deducir que no va a ser una película sobre el amor al uso. Meneghetti nos introduce en un sueño misterioso a la par que confuso que puede llegar a desconcertar al espectador. Sin embargo, esta breve introducción hace de perfecto hilo conductor hacia un drama sentimental y social y con un guion bastante bien construido, a manos de Malysone Bovorasmy, Filippo Meneghetti y Florence Vignon.
La primera vez que aparecen Nina y Madeleine en la película Entre nosotras lo hacen juntas, y lo hacen de una forma exquisita. Pronto, el espectador, será capaz de ver el amor y el aprecio que se tienen la una a la otra tras años y años. Sin embargo, Meneghetti no tardará en hacerte ver que no todo es tan perfecto, y es que, los hijos de Madeleine no tienen ni idea de los sentimientos que oculta su madre hacia Nina.
Un suceso inesperado que cambiará sus vidas y sus planes pondrá a prueba una relación sólida de dos mujeres adultas que, lamentablemente, deben amarse en secreto. El personaje de Nina sacará a relucir lo mejor y lo peor de una persona que debe luchar por estar al lado de la mujer a la que ama. Un bonito mensaje de esperanza que personifican a la perfección Sukowa y Chevalier en sus momentos más íntimos y en los que impera la complicidad.
Si hay algo que también debe resaltarse es la puesta en escena y un reparto sobresaliente; sin duda, lo mejor de la película. A excepción de algunas escenas rodadas en exteriores, gran parte de la película transcurre entre los dos pisos de Nina y Madeleine, que viven la una enfrente de la otra. Nada es casual. La decoración y el conjunto de todos los elementos que aparecen en la puesta en escena parecen haber sido seleccionados con delicadeza por el director, así como la fotografía y el uso de la cámara.
Y si hay algo que destaca por encima de todos es la actuación de Barbada Sukowa en el papel de Nina, quien, prácticamente, lleva sobre su espalda gran parte del peso de la película. Sin duda, un gran acierto y una maravillosa interpretación de esta inmensa actriz alemana.
Una película absolutamente recomendable.
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