Texto: Francesc Mazón Camats
Fotografías y programas de prensa: Archivo personal Francesc Mazón Camats
Anna Maria Ventura Mayoral, Barcelona 23 Mayo 1923 / Madrid 22 Julio 2021
Nacida en Barcelona, en el barrio popular y marinero de la Barceloneta. Su padre Celestí Ventura Raballí “Tino“ era un activo cooperativista, dramaturgo y poeta, propietario de una imprenta “L’Art del Llibre “ en el cercano barrio gótico. Alumna desde los cinco años de la mítica Escola del Mar, construida sobre la misma playa de la Barceloneta y de la que conservará siempre vivo el recuerdo de su formación en ella y su destrucción durante la guerra civil por uno de los feroces bombardeos a que fue sometida su ciudad natal. La constante amenaza de las bombas, llevó a su familia a refugiarse en una casa abandonada en Sant Joan Despí, en las afueras.
Anna Maria había iniciado su formación y actividad teatral, apenas una niña, en el cuadro escénico del Ateneu Obrer “ La Fraternitat” de la Barceloneta que dirigía su padre.
Frecuenta el Institut del Teatre y colabora con un grupo de teatro amateur el Teatre Studium, creado por el joyero modernista Lluís Masriera, escenógrafo y dramaturgo, ubicado en el Temple Studio, singular edificio grecolatino en el Ensanche, donde coexistían el Taller del artista y un pequeño teatro. En la inmediata posguerra pasó a llamarse “El Teatro de Los Artistas“.
Llega a debutar en pequeños papeles de dama joven en el Teatre Romea, pero el panorama teatral de los pocos escenarios barceloneses era desolador. Apenas mayor de edad decide trasladarse a Madrid en busca de mejores posibilidades. Allí la actividad teatral privada y pública era intensa a pesar de la estricta censura y los escasos medios. Pasará por diferentes compañías de las que destacamos la de Isabel Garcés-Arturo Serrano, la de Catalina Bárcena o la de Julia Gutiérrez Caba-Manuel Collado. Un largo meritoriaje y precarias condiciones económicas. Coincide en esta dura posguerra con el escenógrafo, figurinista y actor José Luis López Vázquez, con quien se casará en 1951 y del que se separó años después.
Ambos habían vuelto a Barcelona en 1955, integrados en la Compañía Marsillach / Soler Leal con el enorme éxito popular de “Bobosse” de André Roussin, en el Teatre Windsor de la Diagonal.
Un salto adelante se produce con su incorporación a la compañía de Alberto Closas, regresado del exilio argentino, con ella hará su primera gran gira de ocho meses por Sudamérica. En esta nueva década de los 50s, destacan sus trabajos en el teatro clásico “Don Gil de las calzas verdes” y especialmente su colaboración en el estreno de “Sublime Decisión“ 1955 de Miguel Mihura, quizás el mejor autor del momento, inicio de una gran amistad.
Ya en la década de los 60s, trabajando en el Teatro de la Comedia de Madrid, se inicia su consideración como una actriz versátil y sólida, destacó su trabajo en “La bella Dorotea“ 1963 de Cervantes en versión de Mihura. Su paso al Teatro Nacional María Guerrero bajo la dirección de José Luis Alonso, que ella considerará siempre su estimado maestro, supone su confirmación. Se inicia un periodo apasionante, toda una etapa espléndida formando parte de una compañía estable irrepetible, con los sucesivos estrenos de clásicos contemporáneos: “Todos eran mis hijos “ de Arthur Miller 1963, “A Electra le sienta bien el luto “ de O’Neill 1965 (con Julia Gutiérrez Caba y Núria Espert como protagonistas) o “El sol en el hormiguero“ estreno de un nuevo autor, Antonio Gala. También en el María Guerrero se produce la definitiva recuperación de Valle-Inclán con el éxito de “La enamorada del Rey“como protagonista. Ana María se convertirá en vibrante especialista de los difíciles textos de Valle. “Romance de Lobos“, ”La Marquesa Rosalinda” o “Luces de Bohemia” que llevará de gira a París, Moscú y México DF, la trilogía completa de sus “Comedias Bárbaras“ o su ciclo de conferencias sobre el autor impartidas en New York.
En su segunda temporada con José Luis Alonso, ya en la década de los 70s llegará el mejor momento y el reconocimiento de crítica y público de aquella mítica compañía: “Así es si así os parece “ de Pirandello, “Tres sombreros de copa“ de Mihura o “El círculo de tiza caucasiano” estreno comercial de Bertolt Brecht en España. El apoteósico éxito de la versión teatral de “Misericordia “en 1972, de Benito Pérez Galdós, con dirección de Alfredo Mañas y supervisión de Alonso. Largas giras por toda España, Centro y Sudamérica, llamadas, algo pomposamente,”Embajada Cultural y Teatral”. También con “Misericordia“ llegará la puesta de largo europea del teatro español; una exitosa gira por Lisboa, Dublín o diferentes ciudades del Este (Praga, Varsovia, Bratislava…). Muchos pudimos disfrutar de esta versión en su difusión por TVE, en Estudio I.
Josep María Pou en su texto “El Espacio Vacío“ reflexionaba así sobre su debut en la Compañía Maria Guerrero:
“Conocí personalmente a José Luis Alonso el verano de 1970 ( … ) nos contrató para cubrir los papeles más pequeños de “Romance de lobos“ que iba a iniciar la temporada y marcaba el principio de la que fue su segunda y brillante temporada en ese teatro. Allí en el escenario vacío, junto al grupo de bisoños estaban los grandes, los de siempre, los “Históricos“ José Bódalo, José María Prada, Margarita García Ortega y Félix Dafauce (…) y Julia Trujillo y Ana María Ventura. Allí estaba la escuela de José Luis“.
A principios de los 80s, una fuerte inversión cultural hizo posible que disfrutáramos en Barcelona de temporadas estables del CDN. En el escenario del Teatro Tívoli se estrenaron sucesivamente “Don Álvaro o la fuerza del sino” del Duque de Rivas en versión de Nieva. “Luces de Bohemia “ de Valle con dirección de Lluís Pasqual o el ambicioso montaje de la trilogía completa de las Comedías Bárbaras de Valle-Inclán, con dirección de José Carlos Plaza.
Finalmente su estimada ciudad natal podía disfrutar de su presencia en los escenarios con cierta continuidad. El año 1993, Pilar Miró estreno aquí y en catalán su brillante montaje de “Les Amistats Perilloses” de Chorderlos de Laclos con Mercè Sampietro al frente. Recordemos que su trabajo en “Una altra Fedra, si us plau “ de Espriu fue en la versión castellana de la obra presentada en Madrid por la compañía de Núria Espert.
Su segundo gran encuentro teatral se produce en 1976 con el estreno conjunto de ”La carroza de plomo candente“ y “El combate de Ópalos y Tasia” del pintor, escenógrafo, dramaturgo y fenómeno teatral Francisco Nieva. Ana María se convertirá en su sorprendente musa, a lo largo de los 80s estrenará seis obras del autor , especialmente las protagonistas, como Tasia de “El combate…“, Mirtila en “La Señora Tártara“ o La Melga en el mayor éxito del autor en el CDN María Guerrero “Coronada y el toro“ dirigida por JL Alonso. Sus últimos estrenos en espléndidas condiciones: “El baile de los ardientes“ 1990 en el papel de Donna Perlata, coincide con la dramática e inesperada desaparición de José Luis Alonso.
Nieva explicaba en una entrevista “… me siento frustrado porque no dispongo de una compañía estable (en referencia a Alonso). Hay actores muy intuitivos como Julia Trujillo o Ana María Ventura que a la vista del decorado extreman sus actitudes y se vuelven pictóricas, conocen muy bien mi teatro y trabajar con ellas es pura delicia…” y la crítica de M. Pérez Cotillo destacó “su esposa Donna Perlata es una cristiana idólatra (…) Ana María Ventura está a sus anchas con el texto. Conoce bien al autor, desde su deliciosa Tasia del Combate y llena de desplantes y desmayos las letanías de sus dolores, sus parlamentos son puro placer…”.
En septiembre de 1992 en el Teatro Central de Sevilla dentro de los fastos de la Exposición Universal , se estrena “Españoles bajo tierra“ en el personaje de la Cariciana, de nuevo junto a Julia Trujillo, la crítica destacó “el paladeo casi operístico del texto de ambas y el atrevimiento de Ana María”. Fue su última obra de Nieva.
La actriz se mantuvo activa, casi siempre en papeles de carácter, en obras como “El Tartufo” de Molière en versión de Marsillach, ”El Pato silvestre” de Ibsen, el aplaudido montaje de “El tio Vania“ de Chekhov en versión de Miguel Narros o su nominación a los premios Max por su personaje de madre de las solteronas en “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores“ de Lorca.
El año 2011 se despide de los escenarios con “Woyzeck“ de Büchner en el Teatro María Guerrero, como no podía ser de otra manera.
En una irónica pirueta del destino, esta excelente y cultísima actriz superó el temible covid para morir tan solo unos meses antes de la celebración del centenario de su adorada Escola del Mar, de la que se sintió siempre alumna privilegiada, como un barco de madera anclado en la playa de la Barceloneta del barrio que la vio nacer.
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