
El extraño nos cuenta la historia de Julia (Maika Monroe), una joven actriz sin trabajo que acompaña a su pareja, Francis (Karl Glusman) a Bukarest. A Francis, que es rumano, le ha surgido una oportunidad laboral en su país que no podía rechazar. La pareja se instala en un bonito piso con grandes ventanales. Al principio todo parece ir muy bien. Ellos son una pareja feliz, se quieren, escuchan y respetan y en el trabajo, Francis está muy buen considerado, ¿qué puede salir mal?
Un día, en las noticias comienzan a hablar de diferentes asesinatos en serie que se producen en su barrio, y una de tantas noches que Julia está sola en el piso esperando a Francis, ella se siente observada y nota que la están mirando por la ventana. Cree que la mira alguien desde la ventana del edificio de enfrente.
Al comienzo, la película nos recuerda inevitablemente a La ventana indiscreta, pero cuando la acción se desarrolla fuera de la omnipresente vivienda de la pareja, todo coge un cariz más cine de terror de los 70 y 80.
Podemos encontrar cierta denuncia de género en el trato que recibe Julia por el hecho de ser mujer; en el miedo que solo las mujeres sienten al salir a la calle por la noche o al sentirse acechadas y observadas por un hombre, pero se le echa en falta un punto de vista que rompa ese canon patriarcal del cine de terror tan reconocido.
Película para los amantes del género.
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