¿DÓNDE ESTÁS, BERNARDETTE? (Dir. Richard Linklater)

Texto: Yolanda Aguas

Se acaba de estrenar la última película de Richard Linklater (Antes del amanecer, Boyhood), protagonizada por Cate Blanchett, como la Bernadette del título en esta adaptación de la novela besteller de Maria Semple.

Bernadette con sus inseparables gafas de sol sonríe en un día soleado, en un kayak, entre glaciares. Es un flasback. Cinco semanas antes. Bernadette está en el lluvioso Seattle, donde vive con su hija y su marido (Billy Crudup) en una casa gigante, un antiguo reformatorio femenino que está reformando ella poco a poco. Hay rincones de la casa que son una ruina, otros son un sueño de interiorismo. En esa dualidad caótica se adivina la verdadera naturaleza de Bernadette. Hoy, ama de casa, entregada madre, Bernadette fue la mayor promesa de la arquitectura contemporánea 20 años antes, una genia que se adelantó a la arquitectura sostenible pero que de pronto abandonó su carrera y se mudó de Los Ángeles a Seattle siguiendo a su marido, emprendedor tecnológico.

Bernadette es cada vez más infeliz y paga toda su ira contra la ciudad de Seattle. La banalidad de la vida la supera, tiene cada vez más fobia a la gente, al mundo exterior, su casa casi ruinosa, su marido y, sobre todo, su hija son su refugio.

Linklater se decidió a dirigir esta adaptación, una película en apariencia más ligera y sencilla que sus filmes estudio sobre el paso del tiempo, atraído por el tema del bloqueo creativo que sufre Bernadette.

Cuando su marido, intenta hacerla una intervention para llevarla a un centro de terapia, Bernadette huye muy lejos, al extremo más al sur que un turista regular puede pisar: la Antártida. Y en ese viaje, sola ante los glaciares, observando pingüinos, intentando huir de los demás pasajeros del crucero y soportando como podía los mareos, se reencuentra a sí misma, su pasión, su arte, su creatividad. Se desbloquea.
Como anécdota y como experiencia en el plano personal, Linklater y Blanchett no pudieron rodar en Antártida para decepción de la actriz, obsesionada con el lugar, pero sí pudieron hacerlo en Groenlandia, justo al otro lado del mundo. Eso sí, pillaron tal huracán, que las escenas de mareo del barco fueron muy reales, juran. Para la actriz, en cualquier caso, aquel día entre glaciares es uno de los más felices de su vida: «Soy australiana y nunca había podido ver ballenas, aquel día la vi, por fin».

Una película que se puede ver pasando un buen rato. Y, claro, con la siempre fascinante presencia de la gran actriz Cate Blanchett.

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