UNA PASTELERÍA EN NOTTING HILL (Dir. Eliza Schroeder)

Texto: Yolanda Aguas

Decidida a cumplir el sueño de su difunta madre de abrir una pastelería en Notting Hill, la joven Clarissa pide ayuda a la mejor amiga de su madre, Isabella, y a su excéntrica abuela, Mimi. Estas tres generaciones de mujeres necesitarán superar el dolor, las dudas y las diferencias para honrar el recuerdo de su amada Sarah mientras se embarcan en un viaje para establecer en Londres una tienda llenar de amor, esperanza y coloridos pasteles.
La película Una pastelería en Notting Hill acabará reuniendo a tres generaciones que intentarán por todos los medios llevar a buen puerto el sueño de la difunta Sarah (Candice Brown). El amor moverá a tres mujeres con personalidades muy distintas para intentar aportar la mejor versión de sí mismas para sacar la pastelería hacia adelante, y así, de alguna manera honrar el recuerdo de su ser querido.

Las interpretaciones de Shannon Tarbet, como Clarissa, Celia Imrie como Mimi y Shelley Conn como Isabella suponen el verdadero sustento y motor de la trama. Su fuerza y decisión caracterizan a este grupo de inexpertas emprendedoras, que deberán confiar en ellas mismas y en el apoyo de sus compañeras para mantener el negocio.
La película supone el debut en la dirección de Eliza Schroeder y en el guion para Jake Brunger, plantea en su inicio un melodrama que con el paso de los minutos irá transformándose en una comedia gastronómica, para finalizar como una comedia romántica al uso.
Se echará de menos durante todo el metraje algo más de arrojo y valentía para salirse del canon previamente establecido en este tipo de películas. Concluyendo, un relato amable aunque quizá demasiado edulcorado y ligero. Se echa de menos más riesgo tanto en su guion como en los elementos técnicos que la componen. Aún así resulta entretenida y vistosa, aunque no nos resulte lejana a un telefilm de sobremesa.

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Nota: Las fotografía insertada en este artículo es propiedad de sus autores.

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